Probamos varias recetas (contábamos con la experiencia de Constanza que es Bromatóloga y trabajaba en el área alimenticia) hasta que desarrollamos una receta original que combinara sabores y texturas delicadas, con todos los atributos de lo casero.
Horneamos las primeras 4 docenas en la cocina de nuestro hogar y el primer lugar que llevamos nuestros alfajores fue el almacén donde nosotros hacíamos nuestras compras.
Tímidamente los dejamos y volvimos a los 3 días pensando encontrarlos en la canastita que los habíamos dejado. Para nuestra sorpresa se habían vendido inmediatamente y el dueño del lugar ya nos estaba pidiendo más docenas. Esa fue la primera señal que nos impulsó a seguir.